lunes, 21 de abril de 2008

"El castellano no está perseguido; ésa es una polémica ficticia." Entrevista a Juan Carlos Moreno Cabrera.

JUANMA ROMERO - Madrid - 21/04/2008 04:58

Lo que comienza justo aquí no es sólo Lingüística. Y, sin embargo, se hablará mucho de lengua. Hay más. Hay política. ¿Qué es si no la eterna disputa catalán-castellano? Juan Carlos Moreno Cabrera (Madrid, 1956), catedrático de Lingüística General de la Universidad Autónoma de Madrid, quiere entrar en el debate. Pero para decir justo lo contrario de la tesis oficial. Para decir que, aunque no se reconozca, y muchos de sus colegas lo nieguen, existe un nacionalismo lingüístico “excluyente”. Que el Estado no acepta la verdadera diversidad de lenguas. Que no fomenta el plurilingüismo. Que el castellano no está perseguido en Catalunya, en Euskadi o en Galicia. Y lo expone en un libro duro, “comprometido”, El nacionalismo lingüístico. Una ideología destructiva (Editorial Península), en la calle desde hace un mes.

Su postura choca con la ortodoxia.
Sí, lo sé. Pero no dejaré de defenderlo. Existe una ideología muy desarrollada, un nacionalismo lingüístico de Estado, aunque se esconda. El Estado ha presentado el español como la lengua de bien común, la de interés nacional, la superior, la que beneficia a todos y a todos nos hace iguales.

¿Un nacionalismo disfrazado?
Obvio. El Estado podría ser no nacionalista. Neutral con respecto a las lenguas. No es así: concibe y promociona al castellano como un valor cívico y por encima de las diferencias étnicas, de las identidades nacionales. Se dice que el español estándar, el de la Real Academia [RAE], es neutral, cuando no es más que el desarrollo de una variedad, del castellano. ¡Claro que está étnicamente determinado! Una prueba: la pronunciación del español culto coincide con el castellano de Madrid o Valladolid. La tesis de que hay una lengua supranacional, más rica y útil para la comunicación, es ideología. Ocurre lo mismo con el inglés o el francés.

¿No es natural que una variedad se imponga a las demás?
No, porque las lenguas tienden a diversificarse a medida que se expanden y se mezclan con otras. De ahí que un hablante de Cádiz sepa distinguir a uno de Sevilla. Los procesos de estandarización, en cambio, sí son artificiales. Y para ello hace falta un Estado unificado y una estructuración política y económica determinada. La creación del Estado moderno conlleva esa concepción unitaria de la lengua. Censuro por eso a los lingüistas que, sabiendo que es un proceso político, lo ocultan para justificar una lengua que venden como superior.

¿Pero por qué lo han hecho?
La Sociología de la Ciencia tiene más peso de lo que se cree. Los investigadores quieren recibir subvenciones, que sus resultados sean aceptados por la comunidad científica, no marginados. Si yo no tuviera puesto fijo, quizá no me habría atrevido, por supervivencia. Ahora soy más libre.

Quizá no veían esa conexión Lingüística-Política que señala.
¡Yo intento disociarlas! Hacer lo contrario que mis colegas, que las mezclan y no lo dicen. El motor que me lleva a escribir este libro sí es ideológico. Me opongo al imperialismo, al libre mercado… Pero no uso la política para hacer esa disección, sino sólo razonamientos lingüísticos.

¿No busca provocar?
No por mis palabras. Son las de todos los expertos que menciono. Mi libro es casi una antología de 300 pasajes de lingüistas como Menéndez Pidal, Manuel Alvar, Amado Alonso… Elijo textos significativos, duros, transparentes, donde se ve su ideología.

¿Cuándo y cómo se apuntala el nacionalismo castellano?
Comienza en el siglo XIII, cuando Alfonso X el Sabio opta por una variedad concreta como lengua literaria y de la administración. Ya es la elección del Estado. La preeminencia del castellano continúa y se afianza en el siglo XVIII. El proceso es doble: las élites dominantes procuran que su variedad sea la más poderosa y a la vez las clases populosas imitan esa forma de hablar porque es símbolo de prestigio. Las lenguas estatales no surgen, pues, por instituciones como la RAE. Éstas regimentan la variedad impuesta antes por razones políticas, económicas y demográficas.

Y Franco ayudó a esa supremacía.
El nacionalismo lingüístico cree que sólo hay una lengua en el Estado, la española, y ésa es la lengua nacional por antonomasia. Las otras son secundarias. Esa ideología existe antes y después del franquismo, no es exclusiva de él. La dictadura es sólo la manifestación más contundente de la lengua-nación, vehiculada en la escuela. ¿Por qué aún hoy escritores catalanes publican en castellano?

¿El pluralismo es una entelequia?
En las sociedades occidentales es muy difícil porque el sistema educativo no lo promueve. En algunas comunidades pequeñas, sí existe.

Su libro sale en medio de la furia por el conflicto lingüístico.
La pelea de intereses es política: la concepción monolingüe del Estado castellanista y la concepción plurilingüe que los catalanes tienen de España.

El PP o el partido de Rosa Díez ven persecución del castellano.
No, no es así. Cuando se intenta que el catalán ocupe en Catalunya espacios antes ocupados por el castellano, se entiende por persecución, algo absurdo y estúpido. Lo que se teme es la posibilidad, muy remota aún, de que el catalán sea la lengua dominante en Catalunya. ¿No sería eso lo normal, siendo cooficial?

¿La polémica es ficticia, pues?
Sí. Trasluce ese miedo sin fundamento. ¿Se va a perder el castellano, con 400 millones de hablantes?

Pero puede haber desigualdades. En oposiciones, por ejemplo.
Ése es un problema del monolingüe, no del bilingüe. Un catalán, un vasco o un gallego tiene derecho a que se le enseñe en su lengua materna en todo el Estado. Sí se garantiza lo contrario, que un madrileño pueda estudiar castellano en Catalunya. ¿No somos todos iguales?

¿No es un paroxismo que se multe por no rotular en catalán?
Si las sanciones sirven para promover la lengua, las apruebo. Como socialista, y no del PSOE, soy partidario de pagar para bienes sociales.

Dice que no hay partidos de ámbito nacional plurilingües.
No. Sólo podría ser IU, pero la izquierda ha renunciado hace tiempo a esa consigna, como al derecho de autodeterminación, que respaldo.

¿Por qué, por miedo? En campaña se vio lo sensible del tema.
Depende de dónde. En Catalunya sí que es rentable el asunto, donde el PP no tiene nada que hacer.

Porque para la derecha es una de sus batallas ideológicas, ¿no?
Sí, concibe España como una única nación, indivisible, con una lengua nacional posible, el castellano.

No deja de ser sorprendente que usted, madrileño, defienda las tesis nacionalistas periféricas.
También yo tenía prejuicios, pero concluí, tras leer mucho y estudiar idiomas, que aquello que nos decían de lenguas más fáciles y aptas no tenía fundamento lingüístico, sino ideológico. Lo expuse en La dignidad e igualdad de las lenguas, en 2000. A partir de ahí seguí investigando y encontré más argumentos.

¿Sabe que le citan en foros nacionalistas e independentistas?
Sí, ellos lo agradecen mucho. Hasta ahora sólo les llegaba desde Madrid que su lengua no valía nada, y sí el castellano. Pero no lo he escrito para que me aplaudan. No soy dogmático y no descarto estar equivocado. Ésa es una actitud científica.

http://www.publico.es/agencias/072673/lingista/castellano/catalan/moreno/cabrera

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Vergonzosamente cordial.
Cordialmente vergonzoso.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con esa opinión de este autor sobre una persecución exclusiva de las todas las lenguas nacionales a excepción de la castellana. Este problema lingüistico se da para los hablantes (Una lengua es algo tan abstacto e inalcanzable que no puede perseguirse) tanto con las lenguas cooficiales en esa determinada comunidad autonoma como en la lengua establecida como general para todo el estado; en ambos sentidos hay cierta persecución y otros tantisimos casos en los cuales se respetan ambas lenguas.

Debería recordar que el castellano fue elegida la lengua de entendimiento y cultura en la edad media, antes de cualquier conflicto lingüistico y constitución de un estado nacional. Precisamente en la época de Alfonso X, el reino de Aragón, el reino de Navarra y el reino Gallego portugues eran completamente independientes y por lo tanto no tenían obligación de hablar la misma lengua. Fue decisión de esos reinos el emplear el castellano para comunicarse entre sí. Los castellano-hablantes de multitud de comunidades autonomas no tenemos la culpa de carecer de una variedad lingüistica que haya evolucionado desde el latin para ser lo suficientemente diferente del castellano estandar y tener una tradición literaria para constituir otras lenguas nacionales y que esas comunidades autonomas resultaran bilingües.

En ese momento de la historia cada uno de los reinos que componían lo que más tarde sería el estado español podían haber elegido el catalan, el navarro-aragones o los dialectos vascos o el gallego como lengua oficial de comunicación entre esos reinos, pero no lo hicieron.

Tampoco optaron todos ellos aprender las lenguas de los otros. Me imagino que motivos tendrían para tomar una decisión así, que iba a ocasionar tantos conflictos lingüisticos. Los catalanes escogieron remarcar su identidad nacional y poder por medio del uso del catalan en oposición a las otras y el resto de reinos peninsulares igual. No tiene mucho sentido hablar de persecución historica sin hablar de como esos estados reinos optaban por cerrarse entre sí y por una cuestión de necesidad elegían una lengua de las propias para comunicarse. Dado que no empleamos los paises, ni nunca lo hemos empleado, una lengua artificial para comunicarnos, carece de sentido hablar de un imperialismo castellano. ¿Podemos decir acaso que el uso del inglés para los asuntos internacionales es una forma de imperialismo por parte de los paises anglohablante y que por lo tanto tenemos que pasar de hablar inglés?

Me parece igual de absurdo. Una cosa es la elección de una lengua internacional por necesidad ya que no queremos ni nunca hemos querido crear una lengua artificial estatal o universal (Ya se intentó con el esperanto y la cosa no cuajó pese al aumento paulatino de hablantes de esperanto y su variante el Ido) y otra es la idea de imposición e imperialismo de esas lenguas.

La idea de aprender todos los hablantes las cuatro lenguas nacionales parece buena pero en la practica no es viable por falta de horas de estudio y tiempo. Además, es un asunto que no se ha llevado a la practica por ser inviable en cuestión de conciencia de la gente acerca de su propia lengua. ¡Hagamos un referendum acerca de la obligatoriedad de aprender todas las lenguas nacionales y su enseñanza publica, con el dinero estatal, en todos los colegios, institutos e universidades del estado, además de su obligatoriedad de aprenderlo por ley! ¿Cuanta gente de todo el estado español aceptaría esa propuesta llevada a referendum? Me gustaría equivocarme pero pongo la mano en el fuego al decir que la propuesta no sería aprobada y no sólo por causa de los castellano-hablantes no bilingües.

El imperialismo lingüistico se ha dado a lo largo de la historia y que el castellano tenga una historia más conocida al respecto no significa que las otras lenguas carezcan de esa posibilidad ni que lo hayan podido aplicar. El vasco está claro que no porque no podemos hablar de vasco hasta bien entrado el siglo X, despues del franquismo, no constituía una lengua sino una serie de dialectos más o menos semejantes que más o menos podían entenderse entre sí con ciertas dificultades y que por separado constituyeron literatura y una tradición; como les pasó a los dialectos de otros estados nacionales. En el siglo XIV el catalan se convirtió en la lengua estatal de muchos territorios, con sus propias lenguas, más allá de su zona de influencia de origen por los mismos medios que aplicó el castellano para hispanoamerica.

http://www.scgenealogia.org/catalunya/lengua.htm

El gallego propiamente dicho se formó por influencia del castellano a finales de la edad media y que lo separó del gallego portuges; lengua culta y literaria que, conjuntamente con el provenzal, difundió la literatura trovadoresca en toda la peninsula, desenvocando tragicamente en una diglosia lingüistica en tiempos de Felipe V. Por lo tanto, el gallego tuvo su importancia y difusión más allá de la época instituida según este autor como la época en la cual el castellano fue la lengua del imperio.

http://es.sonorika.com/gallego

Con estos hechos tiene poco sentido hablar de las lenguas cooficiales como lenguas victimas del nacionalismo lingüistico castellano que no hicieron cosas semejantes en otras épocas.

Respecto a que el castellano o el catalán sean la lengua dominante en cataluña resulta ser un problema en cualquier caso porque los hablantes del catalán optaron, al igual que los del euskera y el gallego, a una mayor riqueza lingüistica por bilingüismo, en la cual podían usar igualmente ambas lenguas, respetando, eso sí, la comunicación de los ciudadanos de todo el estado por medio de la lengua elegida por todos para entendernos todos; más allá del lugar geografico de este país de donde es originaria.

Ni el vasco ni el catalán ni ninguna de las lenguas nacionales se van a perder. El verdadero peligro, con estos nacionalismos lingüisticos, es la discriminación de los hablantes de cualquiera de las lenguas del estado por emplear otra lengua del estado que no sea la cooficial o unica oficial de esa comunidad autonoma. Me parece que algo así perjudicaría a todos.

Me parece terrible que se sancione por rotular en castellano en cataluña igual que me parecería horrible que se sancione a un catalán por rotular en madrid en castellano; otra cosa es que, por una cuestión de entendimiento, prefiera no rotular en un establecimiento de Madrid en catalán o ponerlo en ambas lenguas.

Javier Valladolid